La madre
Cuadro de Davil Olere. Título: ‘No aptos para el trabajo’
– ¡Adentro, rápido! – dice la madre mientras empuja a los hijos a la habitación oscura.
– Silencio. ¡Vienen a buscarnos! – susurra con angustia mientras tranca la puerta.
Afuera el día respira un sol de fuego. Adentro los niños anudan juegos mudos y risas invisibles.
La madre descansa su historia en un banco. El verde la abarca en su aroma.
– ¡Hola! – acaricia el hijo con manos vividas.
– Querido… – responde ella con un beso –
– Me gusta estar acá, me cuidan mucho. ¡Todos son ángeles! – señala uniformes blancos.
– Mamá… – sonríe el hijo con ternura.
– Créeme -ríe ella con los ojos– Ya no tengo miedo, ¡no pueden encontrarnos! Ellos – y otra vez enseña blancuras sanadoras – me salvaron.
Desnuda su brazo, libre de los fatídicos números de sangre. Ninguna cicatriz, ningún vestigio.
La tarde los acuna sin tatuajes.
Una estrella amarilla trepa a los cielos.
Norma Domancich (La Plata – Buenos Aires – Argentina)
Querida Pepa!! Muchísimas gracias!! Besos.
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Gracias a ti, Norma, por compartir con nosotros tus textos. Un abrazo, amiga!
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Un cuento breve muy sugerente. No acabo de entenderlo (pensé en un campo de concentración, en un hospital, en una residencia de ancianos, pero no llego a ninguna conclusión). De todos modos, esa condición de críptico lo hace atractivo. Felicitaciones.
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