Cuando la venganza explota
La sonrisa maliciosa se acomodó en su rostro. Esperaba tranquila a encenderse el cigarro que le sabría a gloria, a triunfo, a venganza. Hizo lo que ella creía justo, sabiendo que ningún juez le daría la razón. Pero no le importaba, no se guiaba por la justicia del hombre. No dejó huellas en sus manipulaciones. Sabía que lo primero que él hacia al llegar a casa era tomar una copa de vino y fumarse un puro en la cocina. La explosión no tardaría, sería la última y esta vez sí, sin duda la había provocado ella. Lo vio subir por el ascensor con ese aire arrogante y poderoso que tanto la humillaba. Escondida, giró la rueda de su mechero e inhaló una bocanada de humo. No más explosiones…de ira.
Facebook: Maca Fernández
Últimamente, me gustan estos relatos en que la mujer se toma la justicia por su propia mano, aunque sea contrario «a la justicia de los hombres». En cierta medida para compensar tanto asesinato femenino. Un microrrelato que desde la primera palabra ya anuncia un desenlace contundente. Muy bueno. Felicitaciones, Maca Fernández
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