Cosas que se cuentan
Cuentan que no hace tanto tiempo
una muchacha enviudó.
Sus penas lloraba
mordiendo el polvo a horcajadas
y despellejando la tierra que de su amado la separaba.
El amor la hundía y la hundía.
Desenterrar a su muerto quería
y apretar la carne que bajo tierra yacía .
El muerto quieto, quietito
vivía tranquilo y ausente,
mientras piedras y paredes
ella desmontaba para traerlo presente.
Dicen que a cuarenta metros
de la entrada del cementerio
la viuda espera enterrada
el momento de ser tomada.
Son las cosas que se dicen
de aquellos enamorados
descompuestos, ya acabados,
que bajo tus pies sueñan
un mañana apasionado.
Texto: Eva Cubas
Foto: Man Ray
Este es el poema para viudas y viudos que no se vuelven a casar, que después de años de viudedad todavía hablan con pasión de su ser amado y todavía lloran. Menos mal que con tu poema aún recuerdas de estos enamorados. Un poema para publicarlo en el periódico y estos enamorados pueden guardar entre las páginas de un misal. Estoy muy contenta que pienses poéticamente en ellos. Gracias, amiga. Feliz navidad y próspero año nuevo a todos, desde Londres, Andrea Molina.
Me gustaLe gusta a 1 persona