Siempre regresan Recortadas por la luna, las sombras siguen la tradición. Regresan cada invierno, cuando la casa huele a mazapán, y en las ventanas lucen argentinas estrellas. Silentes, ocupan sus viejas sillas, alzan las copas, colmadas de nostalgias, y recuerdan. En torno a la mesa, destellan cubiertos de plata, vajilla de porcelana, mientras los otros brindan en cristal de Bohemia, sin percibir, entre el bullicio, los abrazos que los envuelven. Isabel Santervaz
Felicitaciones por compartirnos esta mirada llena de todos los sentidos y en un invierno, también con las sombras.
Abrazos de bienestar para ti y el mundo.
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Qué hermoso. Ese abrazo que no percibimos.
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Sí, siempre regresan. A veces los traemos con la memoria, otras acuden por su cuenta y tal vez andamos despistadas para ser capaces de percibirlos.
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