Depurar las riendas
Esto es a lo que llamo depurar las riendas: la libertad se acerca cabalgando a lomos de un potro inexistente; te enfoca, espolea y va a tu encuentro con saña. Crees que no podrás con tanto brío y orgullo porque su inmensidad te paraliza. Pero al llegar a ti, tras ese palmo que delimita la inocencia, pasa a tu vera y no sonríe. El potro roza con sus crines las yemas de tu agarre y caes en cuenta de que la bestia es tan real como tus pretensiones.
Acto seguido crees oír el ruido que hace la libertad al caerse del caballo, pero es tu corazón en la revancha.
Muy bueno Erich Estremera. Besos y abrazos.
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¡Gracias Manuel! Me alegra que te haya gustado. Saludos.
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Genial… Abrazos
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Una prosa de mucha fuerza, condensada, desbocada. Admiro tanta potencia discursiva, aunque tal vez pierda el sentido del mensaje.
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Así es la libertad! el último verso me dejó pensando …. tu corazón en la revancha. Gracias Erich!
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