El acantilado de basalto
Gigante de basalto en trono de silencio,
en tus hombros aves marinas hacen nido.
A tu sombra, las ballenas azules parecen peces.
He escalado, palmo a palmo, tu armadura,
hasta tu penacho de pinos
que escriben con resina
poemas de aire y viento en las nubes.
Me he sentado en la hierba
para oír tus pensamientos.
He entornado mis párpados
para ver tus olores.
He abrazado los árboles
para creer que el corazón existe.
A la caída de la tarde,
cuando el sol languidece
entre líneas horizontales de ámbar
y de aves emigrantes,
cuando los primeros tules de la noche
se extienden por los prados
arropando a los pájaros diurnos
y abriendo las puertas a los noctámbulos…
A la caída de la tarde,
me quedo en éxtasis
a tus pies que no son de barro,
con mi oreja sobre tu piel de piedra,
oyendo el rumor de mis ríos de libertad.
Y de pronto, si poderlo evitar,
rompo a reír y a reír…
Reblogueó esto en MEGT Eugenia Tavío Autora.
Me gustaMe gusta
Es precioso, vas leyendo y a la vez inspirando ese olor a mar, ese viento que acaricia los sentidos, y te encuentras en ese vacío tan lleno de calma que he sentido al leer los versos… Gracias por compartirlos.
Me gustaMe gusta
Un hermoso poema. Pareciera escrito por Beethoven si él fuera poeta y no músico. Mi enhorabuena, Paco Lezcano.
Me gustaLe gusta a 1 persona
También en mi enhorabuena desde Londres. El poema es buenísimo, me encanta tus imágenes y tus contrastes y está bellamente escribo, escribe otros más y deléitanos otra vez. Gracias por hacernos sentir como sientes tú. Besos y abrazos, Andrea Molina. El poema es maravilloso.
Me gustaMe gusta
se me olvido algo, me pueden decir donde fue sacada esta foto que acompana el poema por favor ?, andrea molina
Me gustaMe gusta