‘Los días de mercurio’, de Alexis Ravelo

Una reseña de Maruja Salgado

Estamos ante un autor canario cuya muerte en el 2022 a los 51 años, causó una sentida pérdida en el mundo literario de las Islas donde ya ocupaba, desde hacía tiempo, un lugar destacado. Alexis Ravelo tenía una formación principalmente autodidacta, fue cofundador de la revista literaria La plazuela de las letras, así como creador del espacio de divulgación cultural Matasombras.

La mayoría de su producción se encuadra en el género de novela negra, en el que fue un gran referente, con títulos como: El peor de los tiempos, perteneciente a la serie de su personaje Eladio Monroy, Las flores no sangran, La estrategia del pequinés, Solo los muertos, los nombres prestados, etc. Sin embargo, fue un autor polifacético y también cultivó otro tipo de narrativa, como novela juvenil, cuento, microrrelato…, La otra vida de Ned Blackbird, se aleja de la literatura negra para jugar con los límites de la realidad, y no dejaré de citar Los milagros prohibidos, publicada en el 2017, sobre memoria histórica. La trama se desarrolla en la isla de La Palma a comienzos de la guerra civil y narra unos hechos parecidos a los que tuvieron lugar en tantos otros pueblos. Personalmente debo a esta novela el impulso que me llevó a investigar en mi ciudad natal crímenes y represiones políticas de los que tenía algunas referencias, y que me animó a publicar mi primer libro. Guardo este agradecimiento al autor.

En las obras de Ravelo, se percibe su conciencia de clase. Estuvo comprometido con la sociedad en que vivía, manifestándose en contra de las prospecciones en

Canarias, así como del turismo masivo. Defendía una literatura que reflejara esa postura en la sociedad.

Alexis Ravelo era miembro de la Academia Canaria de la Lengua y contó con los siguientes reconocimientos:

Por La estrategia del pequinés, el Premio Hammett a la mejor novela negra publicada y el Premio Tomo de las Casas Ahorcadas. Por Los nombres prestados, Premio Café Gijón. Por La última tumba XVII Premio de novela negra Ciudad de Getafe. A título póstumo fue nombrado Hijo Predilecto de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y se puso en marcha en dicha ciudad, la Escuela Canaria de Letras Alexis Ravelo. Así mismo, se ha instaurado el Premio Novela Negra Alexis Ravelo Ciudad de Arucas.

En cuanto a Los días de mercurio, enclavada en el más puro género negro, es una novela escrita con una prosa que mira la realidad de forma áspera y consigue despertar asco y repulsión en quien lee. Del mismo modo duro son narradas las escenas de sexo, siendo difícil atisbar el sentimiento que mueve al protagonista y que el autor desvela cuando interesa a la trama.

La novela se desarrolla en tres momentos espaciotemporales. El presente, que ocurre en un lugar que irás ubicando poco a poco. Un pasado más reciente, durante la posguerra española, en el que transcurre la mayor parte de la narración y está ubicado en un bar donde el protagonista trabaja de camarero. Y un pasado más lejano que sigue atormentándole y que también irás desentrañando a lo largo de la novela; lo vivido en esa parte de su vida parece haber anulado su capacidad de sentir empatía. El autor pasa de un momento a otro sin transición. Con un mero punto y seguido; solo la siguiente frase, elegida con maestría, te da la clave para ubicarte en el espacio y en el tiempo. Los recursos literarios están supeditados a la narración que mantiene el interés por la lectura en todo momento.

La novela encierra una crítica social profunda, dejando al descubierto las desigualdades e injusticias de la posguerra con personajes muy característicos y repetidos en los pueblos. Se explicita el trato dado a la homosexualidad y la doble

moral, según por quien fuera practicada, y está también presente la actuación de los curas. El personaje es un rojo que deja traslucir por momentos su desencanto con la actuación de las izquierdas al final de la guerra. Ravelo tampoco olvida dar algunas pinceladas certeras sobre la represión en que vivían los vencidos, expuestos al albedrío de los vencedores. A pesar de todo ello, la política solo está de fondo y tratada en la justa medida.

Un lema parece llevar el protagonista como motor de vida: “salvar el pellejo” y esto lo lleva a la práctica caiga quien caiga; al estar escrita en primera persona, esto resulta más impactante.

Una novela muy bien traída que te mantiene en vilo hasta un final que crees saber cual será, pero que te equivocas.

Maruja Salgado