ESA HORA DE LA TARDE


Me hechiza esa hora de la tarde
aquietada y afable,
las prisas se disuelven,
el sol me acaricia, el viento me peina
y navegan los pensamientos.

Se recoge el alma,
el corazón se acuna,
la vista se derrama
en un horizonte enrojecido
de sonidos envolventes.

Las olas repetidas
rozan mis pies cansados,
piedras incrustadas
en la arena fresca.

Las olas perseverantes
mecen mis ilusiones y
fluyo con ese instante.

			Mercedes Eylo