EL RELOJ DEL TIEMPO

El reloj del tiempo
sufre los contratiempos
y las esperas,
cuando eres infeliz,
si las paredes se estrechan,
si la luz se esconde,
porque el reloj del tiempo
no es el mismo
en la terraza,
en la acera,
en el barco,
en la montaña,
en un hospital,
cuando estás solo,
cuando hay gente,
cuando te extraña el aire,
cuando una pesadilla, y
en la prisa loca
las agujas se disparan
y no respiramos, y el tiempo
nos asusta, nos bloquea,
nos entristece, nos acompleja,
porque el reloj del tiempo
habita libre, independiente
en la esfera
del universo:
se llama inteligencia,
y sus agujas
son pensamientos.


Daniel Castillo