TE RECOMENDAMOS… Elogio de la duda, Victoria Camps

Elogio de la duda, de Victoria Camps

Una reseña de Josefa Molina

Si hay algo que me gusta, es me hagan pensar, que me inviten a darle a eso tan sublime que guardamos bajo el cerebro, eso tan mágico y potente como es la masa gris. A veces surge la magia y esta chispa que invita al pensamiento aparece en tramas literarias estudiadamente elaboradas o en poemas que van más allá del mero lirismo, pero, sobre todo, la chispa se enciende en aquellos tratados de filosofía que traspasan la mera exposición de autores para llegar al público lector más plano, porque la filosofía (que, como saben, significa ‘amor a la sabiduría’), esa parte del conocimiento y del pensamiento humano, tan denostado y cuestionado en los últimos tiempos (el poder del capital es lo que tiene: no solo hace todo lo posible para que no pienses sino que te lo pone fácil para que simplemente vegetes, ¿algo más fácil para tenerte, tenernos controlados?), está ahí para hacernos cavilar, para hacernos dudar, para hacernos entender que no es oro todo lo que reluce, aunque los poderes fácticos se empeñen en hacernos creer que eres libre de elegir. ¡Ja!

En este ensayo Elogio de la duda (Arpa, 2016), la filósofa Victoria Camps (Barcelona, 1941), nos adentra en el concepto de la duda desde el campo de la filosofía, haciendo un recorrido a lo largo del pensamiento, desde los clásicos Platón y Aristóteles pasando por Spinoza, Nietzsche y Wittgenstein, a los más actuales, con una claridad de exposición maravillosa y una explicación tan dinámica como profunda, que hace que hasta yo, foránea en estos lares del pensamiento, lo entienda en toda su extensión.

Porque como dice Montaigne, «Dudar es dar un paso atrás, distanciarse de uno mismo, no ceder a la espontaneidad del primer impulso. Es una actitud reflexiva y prudente, la regla del intelecto que busca la respuesta más justa a cada caso». Dudar es pues, aprender a distanciarse, a poner en cuestión los prejuicios y las sentencias de verdad absoluta, esa que arrastra al ser humano a enarbolar la bandera del fanatismo más irracional.

Dudar es cuestionarse el camino, no para rechazarlo, sino para analizarlo, con todos sus pros y todos sus contras, lo que nos ayudará a tomar al fin la decisión de si seguirlo o cambiar de vereda.

Como diría Bertrand Russell: «Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se debe a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas». Pues eso: ¡seamos inteligentes!

Josefa Molina

josefamolinaautora.com

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