La trampa de la ambición
Un día dos pescadores fueron a pescar. Entonces, uno de ellos pescó un pez de gran tamaño y lo puso en su cesta, y decidió regresar a su casa.
– ¿Adónde vas ?–, le preguntó el otro pescador
– Voy a a casa , ya he pescado un pez muy grande, replicó
– Sería mejor pescar más peces, repuso otro hombre
– ¿Y para qué tengo que hacerlo?, le preguntó su amigo
– Para entonces poder vender pescado en el mercado, respondió
– ¿Y para qué vender pescado?, inquirió el primero
– Pues para ganar más dinero, exclamó el otro
– ¿Y para qué debo hacerlo?, volvió a preguntar
– Para poder ahorrarlo y aumentar tu saldo en el banco, contestó de nuevo el amigo
– Ah, ¿y para qué he de hacerlo?, insistió el primero
– Pues, es evidente: ¡para ser rico y adinerado!
– ¿Y qué haré cuando sea rico?, preguntó el amigo.
– Disfrutar de tu tiempo junto a tu esposa e hijos, contestó el hombre
– Eso es lo que hago exactamente ahora y no me gustaría aplazarlo por más tiempo, dijo el primero, que se dio la vuelta y regresó a casa contento.
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