A Herman Hesse, por su obra «El caminante»

NO MÁS

En nombre de una bandera
en nombre de una nación
hubo un tiempo exacto
en que una estirpe de bárbaros
dictaron qué era el santo valor:
morir por una bandera
derramar sangre con honor

Sembraron de cruces blancas
las blancas arenas de los caminos
las verdes veredas de los senderos
pueblos llenos de muertos
gimiendo van esposas
llorando desconsolados niños y abuelos

Han pasado 50 años
las mentes aliviadas
sin querer
y un poquito queriendo
necesitados van de olvido
…y olvidan

Y hoy
¡aún hoy!
los hay que enarbolan
de nuevo banderas
pintan con los dedos
sobre el mar
sobre las colinas
nuevas fronteras
llaman a los ciudadanos
pueblo
y al pueblo nación oprimida
que se rebela
gracias a un sueño del medioevo

Asesinos Asesinos
los ciudadanos del mundo
no necesitan
más fronteras
más países
ni banderas

El ciudadano si lo es
lo es del mundo entero.