TE RECOMENDAMOS…Arqueología experimental, de Fabio Carreiro Lago

Arqueología experimental, de Fabio Carreiro Lago

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Una reseña de Rubén Mettini

Había leído estos poemas en una copia que me facilitó Fabio Carreiro en el 2015. El poemario pasó por revisiones, retoques y correcciones, y el autor los dio a la luz el año pasado. Ahora he vuelto a leerlos. Es una poesía que resulta muy singular. Sus versos, tal como nos indica el título del libro, tratan sobre la investigación arqueológica. Es un tema muy visitado por la novela histórica, pero muy poco por la poesía. Así, el poeta consigue relacionar su vena poética con sus campos de investigación.

Fabio Carreiro estudió Derecho en la Universidad de La Laguna y trabajó como abogado, pero descubrió su verdadera vocación al graduarse como historiador y dedicarse a la arqueología. Hizo diversas prácticas en el Museo Arqueológico de Tenerife y participó en excavaciones arqueológicas en la Isla de Lobos (Fuerteventura), realizó un curso en Ampurias (Girona), exploró en el yacimiento de Órzola (Lanzarote) y, también, en el Campus de Arqueología de Cueva Pintada (Gáldar).

El autor construye el poema con la precisión de las arquitecturas que ha conocido en su tarea arqueológica. Quien lo lea podrá vivir dentro de esas antiguas construcciones. El poemario se sostiene sobre una enorme precisión léxica. Fabio sabe nombrar las cosas con las palabras precisas. En poemas como Yacimiento, Mitología, Maipés de Agaete o Cueva de guanches el lector se siente inmerso en la excavación y va descubriendo, junto al poeta, gánigos, sepulcros vacíos, nidos de ánforas o antiguas piedras.

Leyendo a Fabio se entiende el desasosiego del arqueólogo. Quien va hallando objetos hundiendo la pala en el suelo y, de ellos, obtiene conclusiones es comprensible que se pregunte: ¿Es correcto mi análisis? ¿Echo luz sobre algo que ocurrió muchos siglos atrás o estoy oscureciendo la Historia? ¿Nuestra vida presente sirve realmente como referencia para gente que vivió en cuevas, usó vasijas rudimentarias de barro y se vistió con pieles de animales o es completamente inútil la interpretación?

Sobre todas las afirmaciones planea la duda. En el poema Memoria de excavación termina diciendo: No estamos perdidos, pero en Teoría del poblamiento afirma convencido: De lo que nos contaron del pasado casi nada es verdad.

El escritor se aproxima a la vida pasada con la delicadeza del poeta, un poeta que plantea las dudas, que no confía en las certezas, que termina pensando que, quizás, ese pasado servirá para iluminar el presente de ciertos individuos viviendo en un determinado lugar y que, seguramente, nuestro presente será de utilidad para vislumbrar el aún oscuro futuro.

La interconexión que plantea Fabio Carreiro entre pasado, presente y futuro lo comprendió Isabel Medina que, con mejores palabras que las mías, en un fragmento del prólogo del libro nos dice:

«Él ha querido enlazar los tres tiempos gramaticales y los ha hecho deambular sigilosamente por los entresijos del tiempo de la vida y por el misterio absoluto de la muerte en un continuo perpetuo».

En este poema que cito, Lugar de ocupación, creo sentir la voz del guanche que se atemoriza ante aquello que está fuera de su hábitat común. Las montañas, el bosque y el océano podrían ser amenazantes y el grupo humano permanece en ese lugar que es “todos los lugares”.

Lugar de ocupación

Nada podría resurgir

de cenizas de esta hoguera.

Brasas extinguidas

no pueden alumbrar la tristeza

en este lugar que fue

todos los lugares.

Nunca vimos las montañas

ni fuimos demasiado lejos

temiendo perdernos en el bosque.

Si acaso nos aproximamos

entre riscos al acantilado

para contemplar el impasible océano

a veces salvaje.

Un primer poemario inteligente, preciso, con vuelo poético y con las interrogaciones planteadas por el historiador. Arqueología experimental es una experiencia literaria de necesaria lectura.

 

Rubén Mettini

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