Lolita, de Vladimir Nabakov
Una reseña de Josefa Molina
Lolita es, sin duda, una novela que con solo nombrarla se nos viene a la mente la idea de la obsesión sexual compulsiva de un adulto maduro hacia una adolescente. Y efectivamente, de esa obsesión va el libro, pero también de muchas otras cosas: de la moral, de las psicopatologías, de las costumbres condescendientes de la sociedad norteamericana,…
Ahí lo tienen. En este párrafo, el protagonista, Humbert Humbert, adentra al lector en lo que se va a encontrar en las siguientes páginas. Desde luego, el texto te engancha por la temática en sí que, resumiendo mucho, aborda la obsesión sexual de un hombre de media edad hacia su hijastra de 12 años, y todo lo que hace con el fin de ser correspondido (punto que nunca logra a pesar de conseguir los favores sexuales de la niña) y no ser pillado ‘in fraganti’ por las autoridades ni por la sociedad.
El tema desde luego se presta a polémica, y la tuvo. De hecho, la novela, publicada por una editorial erótica francesa, fue catalogada de pornográfica. Vladimir Nabokov terminó Lolita el 6 de diciembre de 1953, cinco años después de comenzar la novela. Se trata de la novela más conocida del escritor de origen ruso, nacionalizado estadounidense, que fue publicada por primera vez en 1955 en Francia.La edición fue prohibida en Inglaterra y Francia. Finalmente, se publicó en los Estados Unidos en 1958.
Me atrevería a decir que esta obra, considerada por muchos críticos y académicos como una obra maestra de la literatura universal contemporánea y un clásico moderno, hoy día también crearía una considerable polémica e, incluso, no podría ser publicada….¿o sí? Sería interesante resolver esta incógnita.
El 13 de agosto de 2016, un artículo publicado en El Babelia, alude a la existencia de un cuento corto, fechado en 1916, de un autor alemán llamado Lichberg, en el que la protagonista se llama ‘Lolita’. Quizá sirviera de inspiración para Nabokov. En todo caso, y siempre en mi opinión, los escritores no son ajenos a lo que leen ni inmunes a influencias. Para muestra, un botón: en Lolita, Nabokov hace guiños a sus referencias literarias como es el primer amor de Humbert, Annabel, tal y como es bautizada por Nabokov después de la lectura de «Annabel Lee», de Edgar Allan Poe. Asimismo, el doble nombre de Humbert viene de la obra de Allan Poe «William Wilson», un cuento donde el protagonista es atacado por su doppelganger (un alterego).
Lo cierto es que aun no ha perdido su vigencia ni su interés literario. Yo le pongo tan solo un pero: las largas divagaciones sin sentido ni fin del protagonista que, reconozco, a veces me obligaban a cerrar el libro con cierto desespero. Aun así, una novela de lo más recomendable; un clásico que, sin duda, todo el mundo debería leer.
Facebook: Josefa Molina
Muy buena la reseña. Es una de las novelas que más me impactaron. No hay ningún extranjero que conozca el inglés como Nabokov. El término «nínfula» que se inventó para denominar a una adolescente seductora se ha usado hasta la saciedad. Ninguna de las películas que se filmaron, basadas en la obra, le hace justicia a una novela tan completa y, diría, perfecta. Gracias por reseñarla, Josefa Molina.
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Mil gracias, Rubén, por tu comentario. Estoy de acuerdo contigo, ninguna película hace justicia a la novela, realmente impactante. Besos y gracias por comentar.
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Gracias por la reseña Pepa, uno de tantos libros que me quedan por leer. La verdad es que nunca estuvo en mi lista para ser leídos, pero tras tu consejo, lo tendré en cuenta para futuras lecturas. Un besote.
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