El ermitaño

A cada isla, su ermitaño. Y esto es un ermitaño: una isla aislada dentro de otra isla, un ser humano recluido por mor de su conciencia, el espíritu gregario encarnado en misantropía.
Es cierto que existe una isla que, vista desde el mapa, posee la forma de perfil de una capra pirenaica. Pero sus habitantes, con orgullo, reniegan de ver tal forma en su ínsula. Pero yo que viví en ella, sé cómo se llama.
En la sierra rocosa de esa isla existe un pueblo donde sus habitantes hablan con un deje gutural afrancesado que les impide pronunciar la “r» final del pueblo que habitan y allí hubo un ermitaño contemporáneo del siglo XX afamado por sus costumbres. Y esta es su breve historia.
Los lugareños recuerdan y, por ello, aún relatan, cómo un día a media mañana el médico obstetra G. S. P. salió ataviado con su bata de la consulta y aguijoneado por una prisa inconfesable caminó durante largo rato perdiéndose montaña arriba hacia la sierra de rocas cuajada de olivos.
Tras días sin regresar estuvo y aunque los lugareños le buscaron con todos sus precarios medios, no le encontraron, pues halló refugio en una amplia cueva perdida donde lloró entre los incansables ecos que sus recuerdos doloridos rebotaban bajo la cúpula oscura de su conciencia.
Allí, a oscuras y en silencio, pudo permitirse el lujo de gritar y arañar la roca con sus uñas por tantos errores médicos soslayados con la ayuda de sus colegas. Jamás saldría hasta que se sintiese preparado para colgar la bata con honestidad y asumir ante un juez que la causa de la muerte del feto, en el último parto, había sido totalmente suya.
Por ahora, sólo era un ermitaño desangrando sus penas.
Facebook: Roberto Iglesias
Pintura: ‘Diógenes’ de Francisco Lezcano Lezcano
Me gusta. El tipo de prosa que usas tiene mucho que ver con el texto y eso lo hace ‘redondo’. ¡Besus!
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Reblogueó esto en MEGT. Eugenia Tavío.
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[…] Origen: Roberto Iglesias – El ermitaño […]
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MUCHAS muchas gracias por leerme Sasa. (relato muy muy mejorable debido a las prisas)
Espero tener tiempo tras la oposición para poder leerte a ti con dedicación.
Busco escribir como lo que me gusta leer: ¡algo que atrape!
De nuevo gracias, los lectores son el viento que infla las velas del escritor.
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Tiene razón Sasa, la prosa usada se ajusta perfectamente al relato que lleva su peripecia en la frase final. Me pasa algo con este relato. Siento que la isla que no se menciona es Mallorca, especialmente por ese acento francés de sus habitantes y por no pronunciar la erre final. Pero tal vez es solo una impresión mía. Enhorabuena, Roberto Iglesias.
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Muchas gracias Rubén!!!, por leerme y por el comentario. Muy hábil lector!! ^^…sí es Mallorca y el pueblo Sóller, pasa por ser una anécdota real que me contaron …salvo el final claro está ^^
Gracias de nuevo cuco
salud y armonía
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Me olvidé comentar que la pintura que ilustra el relato: El ermitaño de Francisco Lezcano es hermosa y por la disposición de la figura recuerda los grabados de Antonio Padrón.
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