La tos que no se quita
La tos de otoño me golpea la garganta
a donde el aire llega jugando con las ilusiones.
Envuelvo la serenidad en una hoja de otoño
y fijo la atención en el bucólico
paisaje que disfruto en mis pupilas.
Y es que entre los árboles noto los abrazos
que regalas cada vez que estamos juntos,
y que rompen las tonterías que anidan
en mi cabeza de panza de burro.
No puedo respirar y un sedoso alivio
se parapeta en mi garganta.
Me hace sentir contenta
encuentro amigas y las abrazo.
Con la felicidad escondida
en los bolsillos de mis rotos vaqueros,
camino frente al mar.
Extasiada en el mambo
de la tempestad ,
con hilos de perlé blanco
bordan encajes a realce
en el desnudo de mi pecho bronceado.
Olga Cabrera
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