MAR ADENTRO
Somos la paz soñada
de ciertos sueños
en la luz aletargada
de una huida.
Venimos de un océano
a la deriva de unos ojos.
Mutilamos la intención
de un rompiente de ola
en las rocas de las playas,
el susurro de un silencio olvidado
que nace mar adentro,
y que a morir viene
a tus dedos de piedra
en esta balsa de barro
errante y persuasiva.
La ilusión de este caos milenario
que nos persigue para siempre
y de este cuerpo que se pierde
en la arena adolescente del deseo.
Eduardo García Benítez
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