Luis León Barreto – Pozole picante en el Día de Muertos     

Pozole picante en el Día de Muertos               

 A Carlota el pozole le parecía mucho más rico si se doblaba la presencia de chile, aquel caldo vibrante y sustancioso era el preferido en las fiestas patrias y la Navidad. Era un plato antiguo, que, según las crónicas, se ofrecía a los dioses. Aseguraban que antiguamente se utilizaba carne humana de los guerreros derrotados en la batalla o de los reos que eran ajusticiados por habían cometido alguna acción grave, y esta práctica era un símbolo de la unión con lo sobrenatural. Después de que llegaran los conquistadores la carne humana fue sustituida por cerdo como ingrediente principal junto con el maíz y las verduras.

A ella le encantaban las comidas de su tierra pues constituían una fusión del paisaje bravo, del agua y del sol. Y, aunque era una mujer de su tiempo, le gustaba pensar que los antiguos seres celestiales todavía forman parte del pueblo. No en vano un águila sobre una nopalera indicó el lugar donde debían fundar Tenochtitlán, lo terrenal y lo divino, la vida y la muerte tan querida que incluso le han dedicado la mejor fiesta, el Día de Muertos. 

Luis León Barreto

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