Rubén Mettini – Suerte errática

Suerte errática

El camión la atropelló y quedó tendida en la calzada. Antes de cerrar los ojos, miró la matrícula del vehículo y la fijó en su memoria. Luego la ambulancia se la llevó. Cuando pudo abrir los ojos, completamente escayolada, en el hospital, lo primero que hizo fue pedirle a su hija que comprara toda la serie de un número para el sorteo de Navidad con las cifras de la matrícula. Unas semanas después, ganó el Gordo. Hizo cruceros por todo el mundo, siempre con sus muletas. Sabía que la suerte era errática. Había entendido que para el azar es igual una gran suerte que un terrible accidente.

Rubén Mettini

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