Miradas
No olvido su mirada. De entre todos los pares de ojos que tenía el monstruo de hierro que se interpuso en su camino, eligió los míos. Fui capaz de entender la sorpresa y el gran temor que escondían los suyos, mientras, sin girarse, retrocedía lentamente, paso a paso, alejándose del peligro. ¿Qué llevó a aquel enorme elefante a separarse de su manada? Tal vez lo hizo para que yo fuera consciente de que el miedo no es privativo del ser humano. De haberme encontrado sin la protección que me brindaba el camión del safari, él habría captado pavor en mis ojos, pero en aquel momento. lo que le transmitió mi mirada fue una profunda empatía ante su sentimiento y una súplica de perdón por perturbar su vida.
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