VENDIMIA
A la expectativa de la cosecha,
silenciosas están,
de la mano del hombre,
de las sedientas bocas.
En el surco hundidas
la savia buscáis
que se derrame por el cuerpo,
de verdes y morados,
de cielos y lluvia,
de vientos y nieblas.
Ladera abajo
peináis la madre que os entierra,
rodeadas de alimento
de la naturaleza generosa.
De los morados racimos,
de los desplegados esfuerzos,
septiembre, la vendimia espera.
Mercedes Eylo