Hilos de pentagramas
Bajo escalones de piedra
silencios entierran las incógnitas
que tararean su mente.
En pupilas de juventud
las lágrimas acurrucan al pinzón azul,
batiendo sus alas acompañan el canto.
El tiempo mueve los hilos de pentagramas,
la joven apenas sujeta los pasos,
su voz permanece vacía.
Escucha las notas, el llanto echa a correr
al ver la luna asomada al cristal,
le hace un guiño,
y de par en par abre la ventana.
Sobre un tapiz tejido de sueños
un coro de músicos tocan y cantan.
Extasiada sonríe,
reconoce a John Lennon,
le da la mano y a bailar la invita
sobre el céfiro su corazón con volantes se mueve.
En las noches de luna llena
sus ojos siguen mirando en silencio
a la ventana.
Olga Cabrera
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