FIRGAS
¡Oh Firgas, oh Afurgad, ¿qué decirte?!
Al agua debes tu nombre,
del agua son los bosques de laurisilva,
madre del agua te coronan los nacientes de Azuaje:
riegan las tierras tus brazos y a todas las mesas alcanzas
un vaso de agua para calmar la sed,
los mismos brazos que florecieron en la piedra el gofio
y en los surcos del ingenio el azúcar.
¡Oh Firgas, pueblo humilde!
En tierras el más pequeño y en alma el más grande.
Para cada pueblo tienes un banco
y para cada isla un mural en piedra de Tindaya,
asientos y espejos para descansar y vernos.
¡Oh Firgas, madre del agua!
La lluvia no viene de bajo tierra,
la lluvia viene del aire laureado de Doramas y Azuaje;
en el roce con sus ramas
el agua abandona su nido de niebla.
Y abrieron pozos, galerías creyendo que el agua era eterna.
¡Oh Firgas, madre heroica contra la esquilma!
En tus calles hilos de agua bajo los pies se sienten
y la acequia real aun hoy hace repartos de agua.
En procesión a pedirte perdón venimos
con semillas de laurisilva, insignia de la Macaronesia,
por cada árbol talado en avaricia por su madera.
¡Oh firgas, oh afurgad, madre del agua!
Madre nuestra eres porque madre de la vida el agua es.
Benita López Peñate
(poema incluido en el libro colectivo FIRGAS DE CORAZÓN, dirigido por Berbel y Olivia Falcón, y publicado por Mercurio Ediciones)
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