‘La extraña muerte de un bibliotecario accidental’ de Manolo Sola B.
Una reseña de Pepa Marrero
«Así que sí es posible» fueron las últimas palabras que Javier Montilla, bibliotecario accidental, exclamó en su dilatada vida de funcionario local tras leer título y autor del libro sobre el que cayó inerte su cabeza».
No se lleve a engaños con el comienzo de la obra que tiene en sus manos: no estamos ante otra novela negra. Dividida en dos estanterías —o partes— con sus respectivos estantes, esta supuesta biografía novelada de un anónimo bibliotecario en una biblioteca rural de un singular pueblo andaluz es un sincero homenaje, cargado de amor, humor e ironía, a las bibliotecas públicas y sus bibliotecarios, y a la pasión por la lectura y su poder para cambiar vidas.
La primera estantería narra la trayectoria vital y las peripecias que llevan a un joven diplomado en Biblioteconomía y Documentación a hacerse cargo de una humilde biblioteca en un pueblo del interior de una provincia andaluza.
Los relatos, o estantes, de la segunda estantería, vinculados entre sí y con la primera, dan voz a los «letraheridos» asiduos a las bibliotecas públicas; lectores apasionados, verdaderos protagonistas de mantener abiertas las puertas de estas bienaventuradas pero postergadas «habitaciones con libros».
No es tampoco otra novela de misterio, pero el significado de esas últimas y enigmáticas palabras del bibliotecario accidental sobrevuelan el texto desde el (aparente) oscuro comienzo hasta su revelación final.
Hasta aquí he copiado la sinopsis porque, al leerla, tuve la certeza de no poder hacerlo de una forma más concisa y precisa.
Es una ficción que, en mi opinión, tiene mucho de biografía porque está escrita por un bibliotecario enamorado de su profesión y apasionado de la lectura. Este autor se llama Manono Sola B. y es, tal como él se presenta en su facebook y en la videollamada que tuvimos la suerte de tener después de la lectura de este libro, el mejor y más guapo bibliotecario de Purchena. Y es que Manolo tiene mucho sentido del humor y lo esparce por las páginas de esta curiosa historia.
Recomiendo esta obra porque es una joyita literaria en la que el autor utiliza un estilo culto y cercano para atraparnos en la historia que cuenta.
En definitiva, esta novela es un tesoro literario: brillante, divertido, instructivo y profundamente humano.
Esta novela la leímos en el club de lectura en octubre del año pasado, pero sentí la necesidad de enviar esta recomendación después de haber leído la noticia en El País, el día diez de febrero de este año, sobre la Biblioteca Municipal de Burriana (Castellón).
Las bibliotecas públicas, ubicadas en el corazón de la comunidad, son lugares de encuentro, comunicación y participación. Proporcionan el libre acceso a la información publicada, sea impresa o digitalizada.
Van quedando pocos espacios en los que poder compartir desde el respeto, hablar sobre cualquier tema sin temor a los juicios y crecer como personas.
Me parece una lectura imprescindible porque, a veces, no somos conscientes o se nos olvida el valor de las cosas; en este caso, el de las bibliotecas y sus bibliotecarios y bibliotecarias.
