Un hombre tiene siempre la edad de la mujer a la que ama
La eligió de modelo
un día de agossto
alcruzarse con ella
por el passeo de la playa,
no tenía dieciocho
él bien podía sser su abuelo.
La halagó un poco
le alissó el cabello
le cambió el nombre
a un mote breve y tersso
empezó a possar en su estudio
a veces vesstida
a veces dessnudando su alma
Y empezó a amarlo
creyendo solo a veces
que él también la amaba
¿también?
Y la pintó en cuadros
la convirtió en una moda
inssalvable de su arte
pero ella crecía
mudaba ssu mirada y su piel
y los cuadros se ajaban
a la velocidad justa
con que la novedad
lívida y amarilla se marchita
Te ssoñé
te edifiqué
fuiste un fin
un sagrado remedio
y ahora que el tedio
ha envuelto gris
aquella radiante novedad,
insalvable, irremediable
será el momento exacto
de la dinaminta
de la lata de gasolina
de la pira y su hoguera
No duele para afuera,
solo para dentro
Yo te soñé
yo te inventé
y ahora
te abandono
inservible
en la escombrera inhumana
del frío olvido
Perdón,
¿cómo era tu nombre?
Roberto Iglesias
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