‘Hierro viejo’ de Marto Pariente
Una reseña de Josefa Molina
A veces las historias te atrapan desde las entrañas de la maldad misma, una maldad cruda, real y, con frecuencia, de lo más profesional. Porque de un profesional de la maldad, en este caso, un sicario, es lo que trata la novela de Marto Pariente, ‘Hierro viejo’, publicada dentro de la Colección Policiaca de Siruela.
El autor, natural de Madrid, ganó con su segunda novela, La cordura del idiota, el Premio Novelpol 2020 y del Premio de Novela Cartagena Negra 2020 y con la novela que nos ocupa aquí, ‘Hierro viejo’, se encuentra entre los finalistas de los Premios Novopol en su edición de 2025.
Escrita en un estilo narrativo ágil y potente, Pariente nos adentra en ‘Hierro viejo’ en la última andanza de Coveiro, un asesino profesional, cuando ya había planeado dejar su carrera en el mundo criminal y dedicarse a la vida tranquila con la única responsabilidad de cuidar de Marco, su sobrino, un chico con autismo. Heredero inesperado del oficio de su hermano, padre del niño, tras el fallecimiento del mismo, se ve convertido en el sepulturero en un pequeño y plácido pueblo de nombre Balanegra en el que parece que nunca pasa nada.
La novela cuenta con un conjunto de personajes de moralidad más que cuestionable como son la propietaria de la empresa de industrias cárnicas más influyente y poderosa de la zona, Rubí de Miguel, madre de dos hijos a cada cual más impresentable, y hasta una pareja de asesinos a sueldo, sádicamente compenetrados, constituyendo un cóctel explosivo de violencia en una trama muy bien tejida que no dejará indiferente al amante lector del género.
Marto no es ajeno a las latitudes canarias. De hecho, tuve el placer de conocerle en la Feria del Libro de Las Palmas de Gran Canaria el pasado mes de mayo y recientemente ha estado como firma invitada en el Encuentro Aridane Criminal, que se celebró a finales de enero en La Palma. Cuando le conocí en la capital grancanaria, le pedí que me firmara la obra y les puedo asegurar que enseguida me enganché a la misteriosa y violenta figura del protagonista, Coveiro, con quien no pude dejar de empatizar en algunos momentos, especialmente cuando sitúa la seguridad de su sobrino por encima de todo lo demás. Tal vez, hasta los más malvados tengan un punto de humanidad en el fondo de sus corazones. O al menos, eso quiero pensar sobre todo cuando psicópatas de tez naranja gobiernan el mundo de forma tan deshumanizada como lo están gobernando. Esto daría para otra novela, pero de terror.
En definitiva, les invito a leer ‘Hierro viejo’, una obra que nos invita a reflexionar sobre el destino y cómo este hace que, con frecuencia, parezca que no hay esperanza para que las personas que aspiran a redimirse de su cruento pasado. Quien a hierro mata….

