‘La vegetariana’ de Han Kang
Una reseña de Maruja Salgado
La escritora surcoreana Han Kang, ganadora del Nobel de literatura 2024, es la autora de esta novela, por la que obtuvo en 2016 el Premio Man Booker International. Es poseedora además de otros galardones, como el Premio de Novela Coreana en 1999 por El niño Buda, El Premio al Artista Joven del año en el 2000, en 2005 el Premio Yi Sang por La mancha mongólica y en el 2010, por Pelea de Aliento, el Premio Dong-in.
Han Kang nació en 1970, vive en Seúl, donde se mudó con su familia desde los once años. Estudió en la Universidad de Yonsei y estuvo trabajando como periodista para varias revistas.
La Vegetariana está compuesta por tres cuentos de argumento consecutivo: La Vegetariana, La mancha mongólica y Los árboles en llamas. Cuenta la historia de una mujer insulsa, a ojos de su propio marido, que la eligió precisamente por eso, pues solo buscaba quien cumpliera con las supuestas “obligaciones femeninas”. El primer cuento, La vegetariana, escrito en primera persona, lo narra el marido. Al leerlo nos hacemos conscientes del sistema patriarcal imperante, ante el que Yeonghye se revela negándose a comer carne, con una forma de violencia pasiva que le hará sufrir las consecuencias en su propio cuerpo y mente, pero con la suficiente energía y determinación para no ceder a las súplicas de su madre, ni a la violencia ejercida sobre ella por su propio padre.
En el segundo cuento, un narrador externo, pone el foco en el marido de su hermana, un artista, que solo vive para sí y que no logra materializar la obra que tiene en mente. Sufre una especie de trastorno obsesivo con la protagonista utilizándola para lograr sus fines, mientras ella cada vez más alejada de lo material, ocupa un cuerpo vegetal con el que se identifica. Por fín, en el tercer cuento, el narrador omnisciente nos cuenta la historia bajo el prisma de la hermana de Yehonghye que desempeña el papel de la abnegada mujer tradicional, y es quien ahora se ocupa de su hermana, a quien sigue sin comprender, pero trata a su modo de “curar”. Al propi tiempo, se hace consciente de su propia realidad.
La autora emplea una escritura directa, sin subterfugios, por momentos sensual, pero en otros, sobrecogedora, que despierta en ti variados sentimientos. Uno de ellos, puede ser la rebeldía ante la posición de la mujer en una sociedad como la que se narra y en la propia familia. Tal vez es esta rebeldía la que la escritora ha tenido en cuenta para el sentido implícito que podemos captar en su novela.
Muy bien escrita.
