Rosa del viento
Su nombre era Rosa, pero en el pueblo la llamaban “viento”, porque corría empujada por el viento y abriendo los brazos se dejaba llevar y parecía volar. Ella era feliz cuando su amigo el viento le silbaba y jugaba con su pelo acariciando su piel.
La niña buscaba al viento… Subía a una loma que había cerca de su casa y mirando en silencio a un punto fijo, se dejaba mecer, imaginándose arrullada en los brazos de su madre que le cantaba con voz melodiosa.
Rosa era huérfana de madre y nadie sabía que la sentía en el viento, porque cuando era mecida, en su rumor podía escuchar la dulce voz de su madre: por eso Rosa amaba al viento.
Margarita Ojeda García