C’est beau Paris
Extraño ver a la Torre Eiffel saludarme,
tan cierto
como los abrazos que estrechan mi pecho.
Abierta a mis cuatro puntos cardinales,
necesito acaparar sentidos que inciten,
las quimeras espejean en los charcos.
El Montmartre es alternativa a mi sed
de atrapar pájaros en el viento.
Por doquier pinturas, paletas de flores, muecas,
bajo la blusa late tu retrato a carboncillo,
los labios regalan susurros al viento .
Embriaga el glamour de los Campos Elíseos,
subo al arco de triunfo,
colosal impacto en el costado que no olvido.
La cintura abre los ojos,
fotografía colores por recodos del Sena.
En aires de romanticismo, utopías proyecto
junto a la pirámide, ideales gotean frente al Louvre.
La Gioconda, confinada,
aguanta su fama
en soledad.
Olga Cabrera
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