“Quebrada”, de Mariana Travacio
Una reseña de Maruja Salgado
Mariana Travacio, escritora y psicóloga nacida en Rosario, Argentina en 1967. De niña vivió en Brasil en alguno de cuyos paisajes se inspiró para la localización de esta novela. Se licenció en psicología en la Universidad de Buenos Aires y más tarde cursó un Máster de escritura creativa en la U. Nacional Tres de Febrero. Ha publicado cuentos en muchas antologías y revistas, tanto de Hispanoamérica, como de Brasil, EEUU y España, además de haber sido traducida a varios idiomas. Tiene diversas publicaciones e innumerables premios y menciones.
Quebrada se publicó por primera vez en Argentina en 2022 por ED: Tusquets y posteriormente en España, por Ed. Las Afueras, Barcelona.
Una mujer que vive con su marido en un paraje inhóspito y solitario, lleva muchos años pidiéndole que abandonen aquel lugar y marchen hacia tierras más productivas. Hace tiempo que permitió a su único hijo la partida. El marido, Relicario Cruz, que tiene un nombre de lo más apropiado de acuerdo al argumento, se niega a abandonar su entorno de siempre, pues allí tiene a sus muertos. Lina, la mujer, un día toma la determinación, si él no la acompaña, se va sola. Lo hace siguiendo las indicaciones de una anciana que vive ya en la más completa soledad, mimetizada con la tierra; ha de encontrar el río y seguir su curso.
Esta novela es una joya en cuanto al lenguaje narrativo: “Solo crecen esos yuyos tristes, llenos de espinas que arañan el viento”, “En esa intemperie del desvelo”, al más puro estilo hispanoamericano, donde no falta su vocabulario propio: “barranca filosa”, “silénciate, Lina, me digo…”, el paisaje hiperpresente, y por supuesto, el realismo mágico: la propia autora destaca el vínculo de Relicario con la muerte en un mundo indivisible entre vivos y muertos. Así, este se debate en el dilema entre el mandato que siente en lo más profundo, de no abandonar a sus muertos enterrados en aquel lugar, y seguir a su esposa.
La novela esta estructurada en dos partes; en la primera, Lina y Relicario se alternan la voz en primera persona; los diálogos son siempre internos y están escritos de forma libre indirecta. Al escuchar la voz de uno y otro, quien lee capta las diferentes personalidades (no olvidemos que la autora es psicóloga), y las diferentes motivaciones: ella busca una vida mejor y añora encontrarse con su hijo; él la busca a ella. En la segunda parte, un nuevo personaje, también en primera persona, se adueña de la narración. Es quien presenta el final que te produce un golpe en el corazón.
Varios temas podemos encontrar en Quebrada; el amor, tal vez seco y agreste como el paisaje, pero presente. La emigración; en palabras de la autora la tierra que te expulsa y te lleva a buscar tu lugar alternativo. La hermandad y colaboración entre los personajes que van apareciendo y que está más presente cuanto más hostil es el medio. La autora lo llama abrazos sociales. La muerte, como ya dijimos, como algo indivisible de la vida, y tal vez, hasta el determinismo.
Mariana Travacio se declara admiradora de Rulfo (no en vano quedó finalista en el Premio Juan Rulfo, Francia 2012) , del que dice que apenas adjetiva y emplea unos sustantivos bellísimos; al leer las páginas de Quebrada, esa admiración por el excelente autor, se deja traslucir.
No dejen de leer Quebrada, de mariana Travacio.
Maruja Salgado

Preciosa reseña. Todo lo que comenta sobre el estilo algo desnudo me hizo pensar en Rulfo mientras la leía. Luego, Maruja Salgado comenta la influencia del autor de Pedro Páramo. Me dieron muchas ganas de leer esta novela. Gracias, Maruja.
Me gustaMe gusta