Mi casa
Medianías del norte de Gran Canaria
Mis ojos, embelesados, te abrazan.
Mi corazón viajero agradece tu sosiego.
La paz que siembras en mi alma inquieta.
Verdes campos de aterciopeladas lomas,
Tus bosques de laurisilva,
Los huertos,
Los barrios dispersos con evocadores nombres
Me enamoran
Tu misteriosa bruma me atrapa en dulces sueños
Y voces arcanas susurran
Hablan de raza, de herencia, de pertenencia, de sangre noble
De amor a la tierra.
Escucho y acepto.
Calmo mi espirito de enclaustrada isleña ansiosa de surcar mares lejanos
De convertirse en pardela
Y volar alto
Más allá del horizonte de este mar azul que nos encierra.
Eres tú, con tu paisaje, medianía de mi amada isla, la que me ancla aquí
Y mi corazón rendido a tu hermosura
En cada latido suplica
Quédate, quédate, esta es tu casa
Qué vas a encontrar afuera que yo no te ofrezca, que yo no tenga.
Teresa Ojeda
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