Con los niños, paciencia
La familia reunida en la sala, los padres leían y los tres hijos jugaban, reían, y cada rato iban a donde estaba la madre y la interrumpían para comentarle cualquier ocurrencia. La madre con toda su paciencia, dejando la lectura, los atiende con cariño, los acaricia y les sonríe.
Así pasaba el tiempo. Pero el niño mayor, parece reflexionar sobre su comportamiento y se lo comenta a los hermanos y reflexionan juntos…
—Sabes que me he dado cuenta que corremos y gritamos y no hemos respetado que mamá y papá están leyendo.
—Es verdad, y en lugar de enfadarse nos sonríen con cariño.
—Eso es porque tienen mucha paciencia.
—Es que en la paciencia hay mucho amor.
—Eso es verdad, si no hubiera amor no puede haber paciencia.
Los tres niños van junto sus padres les pide disculpas y les dice:
—Gracias, mamá y papá, por tener paciencia con nosotros.
—Gracias, porque con su paciencia nos han mostrado todo su amor.
Entonces los tres cogiendo sus libros, guardan silencio y se ponen a leer.
Margarita Ojeda García