El tiempo
Cuántas veces en la puerta
de aquel pequeño jardín.,
contemplé pasar la vida
sin moverme de la esquina.
En las ventanas del tiempo
como inminente decreto,
vi asomarse la imprudencia
de tu fugaz existencia.
Comprendí todo lo eterno
que llega a ser una flor
en el umbral que separa
lo espontáneo de la nada.
Y en la apariencia festiva
de tu mortal hermosura,
marchitarse sin razón
las fragancias del amor.
Como pude pretender
en mi corta madurez,
comprender lo inexplicable
de tu paso inexorable,
que era el tiempo tu castigo
disfrazado de banal,
y mis ojos cruel testigo
de tu desnudo final.
Katy Hdez.
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