EL MERCADO VACIO
Marinero de la Tierra
roturas con tu arado
harapiento tras tu acémila
surcos como grietas
en la costra yerma
piel de la Tierra.
A puñados arrojas sobre ella
las secas semillas
ya no serán nunca yerba
Mas hace falta
que el azul etéreo del cielo
se preñe de añiles nubarrones
¡Hace tanta falta que llueva!
Hasta las semillas de noche
le rezan a las estrellas
porque pronto abran las acequias
Ahítos, los cuervos feroces
socarrones a centenares
de luto sobre las escuálidas ramas
de los frutales acechando esperan
pronto ni las semillas yacerán
ya en está estéril tierra
Por más que el cielo
se abriga su raso con nube violetas
¡algo impide que llueva!
¡Cómo lloran las cebollas!
Cómo gimen retorciéndose
sobre las resecas rocas
los escuálidos olivares
Hasta el mismo espantapájaros
humillado
se tapa con sus manos de paja
su desfigurada cara
Los cuervos sus ojos de cebolleta
sin piedad se los han arrancado
Y la nariz otrora zanahoria
por allí se la lleva rumiando
ya la zarigüeya
¡¡Sacad al cristo de la Iglesia!!
¡¡Encended al Santo patrón
todas sus velas!!
Que el cielo se apiade
y la sagrada lluvia
sobre nosotros vuelva
Pues si la semilla no germina
ni árbol ni flor ni abeja
Podrán traer al mercado
la fruta y la verdura
que tanto y tanto esperamos
Marinero que inútil
de sol a sol
roturas la tierra
Ya no llora el cielo
sus penas
Entre todos el clima
hemos cambiado
y ahora él
él, nos ha abandonado
Roberto Iglesias
Comparte palabrayverso.com