Miedos heredados
Hoy la vida me obsequió
con un puñado de miedos
atados fuerte al oído;
tal vez estaban ya en mí
quizás heredados eran.
Miedos hirvientes, los miedos
que te impiden el camino:
una piedra cristalina
imposible de romper.
Miedos, angostos los miedos,
encadenando los pasos
hacia el mañana que aún
vive escondido en el vuelto
del viejo pantalón raído.
Quizás toca desvestirse,
despojarse de lo antiguo,
mirar de nuevo el camino
por ver si en ti se refleja.
Desnuda se va más libre,
desnuda de todo el miedo,
al abrigo de la noche
y aferradita al latido
que desde lejos se escucha.
Ese mañana ahora es otro
sin forma, color ni aroma,
un mañana hecho a medida
del valor que lo alimenta.
No temas ya a tu mañana
la partida ha de estar cerca
así que baila desnuda
bajo la lluvia o la niebla,
baila ya, princesa baila.
Quienes sembraron los miedos
a vivir miedo tenían
y entre el fango y tanta piedra
por sus miedos no vivían.
Inma Flores
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