Porvenir

Rompió el espejo y se levantó de un brinco. Miró a través de la ventana a la vieja encorvada que, a duras penas, arrastraba el carrito de la compra sobre la acera. De pronto la mujer se paró y levantó la vista hacia donde ella le observaba. El fulgor de sus miradas se cruzaron. Por un momento, sintió todo el peso del porvenir sobre sus espaldas.
Jázgar