Maruja Salgado – En ruta a Bogotá

En ruta a Bogotá

Atrás quedó Armenia

uno más de estos pueblos americanos

que abandonan

poco a poco,

avergonzados,

su imagen de antaño;

las bajas casitas de techo enlatado

o tejas oscuras.

Uno más que busca

en modelos del Norte

o en modas de Europa

una nueva

incierta

identidad.

En el camino,

la perenne cordillera

reivindica

su andina y ancestral

presencia.

La bruma flota y juega con el verde.

Lo vuelve azul

amarillo.

A ratos lo esconde

a ratos permite que brille

que luzca

y deslumbre.

Que se sumerja

en abismos de vértigo

repe osado

hasta las simas

de todas

y cada una

de las superpuestas

encadenadas

montañas.

En medio la carretera

parte en dos el verde amasijo;

respetuosa

gira y se revuelve

al compás que le marca el dragón andino.

El agua naciente

imperturbable sigue su curso.

Flanquean helechas y musgos,

abetos y palmas.

Mi alma resbala con ella

con ella se funde,

llega al abismo

y, desde allí,

asciende de nuevo a las simas.

Un trozo,

enredado

para siempre,

en ellas se queda.

Maruja Salgado

2 comentarios

  1. Un hermoso poema, aunque me creó una gran confusión pues comienza con «detrás quedó Armenia» (nos situamos en el Cáucaso) y luego todo el poema se organiza en torno a los Andes y a la capital de Colombia. Enhorabuena por los versos.

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