EL CIELO EN LA MIRADA
Son como el cielo los ojos.
Si está limpio y luminoso,
libre de nubes que empañan
su color, su claridad,
el cielo luce radiante
con la luz que le da el sol.
Y nos transmite alegría.
Pero puede ser terrible,
aterrarnos con su furia
y jugar con nuestras vidas.
Nada podemos hacer
cuando nos ataca el cielo.
Somos muy poquita cosa,
cual polvo que lleva el viento.
Los ojos harían lo mismo
si mataran las miradas.
Éstas expresan amor,
júbilo, dolor, angustia,
odio, tristeza, esperanza,
desamor, dicha, o furor
como un cielo tormentoso.
El cielo es como un espejo;
nuestros ojos lo reflejan.
Por eso cuando el sol puja
para abrirse entre las nubes,
y asoma un rayo de luz,
se relaja la mirada
con una dulce sonrisa.
Y nos sonríe la vida.