GATOS NEGROS




Negros como la noche más oscura.
Nocturnos como espíritus errantes.
Elegantes, misteriosos y ágiles.
Acusados de malas mañas, hechizos y brujerías.

Miradas verdes fluorescente 
que en la noche se iluminan.
Sacrificados cruelmente y
tratados con desidia.

Leyendas que cuentan que son brujas mimetizadas,
eslabones del demonio,
que sus ojos transgreden al abismo de lo desconocido,
capaces de conectar con almas en pena, fantasmas y espíritus.

Alimañas despreciables colmadas de mala suerte,
que siembran mal fario a los que se cruzan de frente.
Su calma resabida deja a hombres inquietos,
creídos de estar en presencia de elegidos de Lucifer,
elevados del mismísimo infierno. 

Tantos perjuicios a este dócil animal
de carácter amigable y doméstico.
Elegante con halo misterioso,
con ojos de esmeralda perfectos.
Eternamente bellos…
Simplemente por el color de su pelo
relacionado con lo malo, lo desconocido y lo oscuro.
Simplemente por ser gatos negros…


Celia Sánchez