‘La Trenza’ de Laetitia Colombani
Una reseña de Maruja Salgado
Laetitia Colombani nació en Burdeos en 1976. Se licenció en la Escuela Superior Louis Lumiere. Su carrera artística se desarrolla fundamentalmente en el séptimo arte. Es directora, guionista y actriz. Su debut lo constituye el cortometraje Le Derniere Bip en el que desempeñó los tres trabajos. Dirige y actúa sus propios guiones, tanto en corto, como en largometraje. En 2017 publicó su primera novela, la obra que comentamos y que lleva por título La trenza. Ha sido merecedora de varios premios y traducida a cerca de treinta idiomas. Otros títulos suyos son Las vencedoras y El vuelo de la cometa.
¿Quién no ha trenzado el pelo alguna vez? Seguramente algún hombre lo habrá hecho, pero me atrevería a afirmar que todas las mujeres han formado con tres mechones, bien de su propio cabello, o con el cabello de sus hermanas pequeñas, hijas o amigas, trenzas más o menos firmes, apretadas y lustrosas.
La trenza que forma Laetitia es de las primorosas; compacta, sin guedejas que se escapen y manteniendo un buen ritmo de principio a fin. La materia que la constituye no es el cabello, sino las vidas de tres mujeres muy diferentes en origen y forma de ser, pero con algo en común que le permite a la autora, que los tres “mechones” que ha elegido, formen una trenza bien compensada; o sea, una historia redonda y hermosa. Ese algo en común es una encrucijada vital, ante la que estas tres mujeres han de tomar sus propias decisiones: Smita vive en Badlapur, India, pertenece a la casta de los dalit, los intocables, y lleva una vida miserable de la que hará cuanto pueda por apartar a su hija. Giulia de Palermo, Sicilia, que ha de enfrentarse a una sociedad cerrada y aferrada a las tradiciones de su lugar de origen. Sarah de Montreal, Canada, ejecutiva que “ha hecho añicos el techo de cristal”, inmersa en un ambiente competitivo y deshumanizado. La encrucijada que se le presenta a cada una, es tan diferente a la de las demás, como lo son sus propias vidas, pero las tres serán capaces de resolver y salir indemnes.
En el meticuloso orden que han de trenzarse los cabellos, trenza la autora, a través de la tercera persona omnisciente, las tres historias. Lo hace de forma sencilla, aportando suficiente cantidad de información sin dar rodeos innecesarios. Las tres personalidades de las protagonistas quedan nítidas, bien definidas. El momento crucial al que se enfrentan es creíble en las circunstancias de cada una.
Esta novela merece, a mi parecer, los premios que ha tenido.
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