Ocreño
En zapato ocre cruza
esa hoja,
llevándose los nombres
que ya no sé pronunciar.
Las calles de llanto tibio,
a té que espera en la mesa enseña sus degradados
de la tarde.
Cada hora cae
en un silencio que mira.
Aqui.
Alli.
Allá.
El sol se esconde con el miedo a quedarse
solo.
Los dedos de charcos
se disuelven en los recuerdos de la tinta.
Canta despacio,
me arrulla
con secretos de otros cuerpos, la lluvia.
Otoño,
déjame perder
sin miedo a volver.
Loli Moreno