LUZ ANTE LA POBREZA 

No es solo el pan que falta
ni el frío que muerde los huesos
es la mirada cansada
de quien sueña con un regreso.
Es la voz que no se escucha
la infancia sin libro ni juego
la esperanza que, aunque rota
se aferra al último fuego.
No es culpa, es herida antigua
tejida en silencios y miedo
y aun así, entre tanta sombra
florece un gesto sincero.
Porque en los ojos humildes
vive la luz del consuelo
esa dignidad que no muere
aunque falte el pan y la justicia.

Irma Ariola Medina 

Por el Día Internacional para la erradicación de la pobreza
celebrado el pasado 17 de octubre