GANAS VERDES

No sé qué hacer con estas ganas verdes 
como poemas llenos de ripios 
que chirriaban 
para decir te quiero
en las hojas manchadas de grafito,
arcilla y agua salada.

Detrás de los versos me escondo
así como antes lo hacía
y, aunque es un acto de cobardía,
puedo, desde lo más hondo
y, de la forma acostumbrada,
declararme sin decir nada.

¡Ay esta niña ingenua!,
llena de años, de ganas verdes,
sigue creyendo que no tiene lengua
aunque sabe que el gato es inocente.

A pesar de la vida, a pesar del tiempo,
guardo brotes de sueños que no germiron
y tampoco han muerto,
el garabato de un tequiero, 
algunos versos despeinados
y no sé qué hacer con todo esto.

No sé qué hacer con estas ganas verdes,
pero que nunca maduren
porque me sostienen.

Pepa Marrero.