La verdad estaba tras los cristales
Era una niña simpática y alegre pero, misteriosamente, desapareció. Sus padres, al ser preguntados, decían que estaba con los abuelos pero no. La realidad era que un cáncer linfático la estaba consumiendo y no quería que la vieran débil y sin fuerzas.
La verdad de la niña se encontraba tras los cristales, desde donde contemplaba la agitada vida de la gente, que parecía no tener tiempo para vivir mientras que ella, que tenía todo el tiempo para vivir, como un cirio, se iba apagando lentamente.
Margarita Ojeda García