Te miro
Esa palidez resonando en tus ojos. Esa dejadez abrazando tus espaldas. Ese cansado gesto de tus manos. Esos hombres lumbres de la pena, de una tristeza sonora en el retumbar de las olas. Te miro. Me miras. Y todavía el inconcluso amanecer acecha nuestras pisadas hacia el norte, siempre al norte. Una brisa muerta. Una lluvia frágil humedece nuestros vientres y somos hijas de las jornadas cuyas cumbres sordas enmudece en la nada. Y la nada nos explora. Te miro. Me miras ¡Hum¡ La respiración se vuelve árida! Te miro. Me miras. Caemos donde las ballenas no cantan, donde el silencio sostiene nuestros cuerpos, nuestros sentidos…ausentes.
palabrayverso 