TE RECOMENDAMOS… La isla y los demonios de Carmen Laforet

La isla y los demonios de Carmen Laforet

Una reseña de Maruja Salgado

Carmen Laforet, Barcelona 1921-Madrid 2004. La isla y los demonios es la segunda novela de la autora; la escribió en 1950, después de haber ganado en 1945, a los 24 años, el Premio Nadal en su primera edición, con Nada. Por motivos laborales de su padre, Carmen pasó su infancia y adolescencia, hasta los 18 años, en Gran Canaria. A esa edad vuelve a Barcelona para estudiar Filosofía y Letras; tres años más tarde inició en Madrid los estudios de Derecho, pero no finalizó dichas carreras. En 1955 obtuvo el premio Menorca por La mujer nueva y fue Premio Nacional de Literatura en 1956. No cabe duda de que la autora es uno de los referentes de la narrativa española de posguerra. Escribió numerosos artículos, cuentos, novelas cortas y otras novelas, como Tres pasos fuera del tiempo, trilogía cuya última parte se publicó después de su fallecimiento.

La isla y los demonios sedesarrolla en Gran Canaria, sobre todo en la ciudad de Las Palmas y la zona de Bandama. Los lugares y paisajes son fácilmente reconocibles y en ocasiones, no solo cuando describe paisajes, la autora crea bellas atmósferas en las que intervienen varios sentidos.

La principal protagonista de la novela, Marta Camino, es una adolescente recién salida del internado que no encuentra en la casa familiar la comprensión a sus inclinaciones artísticas. Estas ansias a vivir en ambientes donde poder llevar a cabo una existencia en la que sentirse realizada, la llevan a desear ardientemente salir de la isla.

Carmen Laforet traza unos personajes bien dibujados, aunque a veces parece que falta profundidad para llegar a conocerlos totalmente, y saber los porqués de esos demonios que bullen en su interior. De igual modo, el sexo está tratado sin explicitar claramente. No olvidemos que la novela está publicada en 1950, cuando el sexo no existía en España. A mi entender, la obra cobra fuerza en el episodio que trata de la vida de Vicenta la majorera, una de las empleadas de la casa. Dicho episodio en que el estilo de escritura se vuelve costumbrista, pone de manifiesto el amplio conocimiento de la vida y el habla de Canarias. Se narra lo ocurrido en una taifa, con unas fuertes semejanzas a lo que podemos leer en Mararía la novela que el escritor canario Rafael Arozarena escribió en 1973 y que fue posteriormente llevada al cine.

Aunque se trasluce a lo largo de la novela algo de puritanismo que, a mi juicio, impide que la escritora saque más partido a las situaciones que plantea, merece la pena leer La isla y los demonios por su prosa cuidada y salpicada de bellos recursos literarios.

Maruja Salgado

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