
El rumor ronco de las olas. Una, otra y otra vez se arrastran hasta la orilla. Donde la arena duerme un tanto fresca. Humanos pasan y pasan. Rumiando sus pesares salpicados de gotas. Un tanto esperanzadas. Allá, más allá, los volcanes Cansados de largas esperas. Del cemento que crece a sus pies. Del mismo murmullo eterno que no deja de cantar la misma canción azul. Bajo los blanquiazules De las ironías repetidas E incompresibles. Félix Martín Arencibia Septiembre 2022