Marlenis Castellanos – El tiempo de Dios es perfecto

El tiempo de Dios es perfecto


Ella fue monja, él fue sacerdote. Se conocieron en una pequeña parroquia del norte de España, donde ambos servían a Dios. Hoy se despiden con un beso, en la parada frente a la cafetería que siempre huele a pan recién horneado, en el centro de Las Palmas. Ella es peninsular. Su ropa, su manera de subir a la guagua, la delatan antes que su acento. Sube y se sientan del lado de la ventana, para poder despedirse con un discreto beso «volao”. Él le responde cruzando las manos sobre el corazón. Los ojos de ella, detrás de la mascarilla, sonríen todo el camino.

Marlenis Castellanos

6 comentarios

  1. Precioso, Marlenis. Si te dijera que conozco a un par de personas que dejaron el Seminario una de ellas, el ser sacerdote y convertirse en profesor, el otro, por encontrar el amor de otros ojos y ser correspondidos… Tan real…

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