Esa tarde hallé,
náufrago en la playa,
un pez que se moría.
Allá, en la raya
azul del horizonte,
se extendía
de aquella hermosa tarde
de agonía.
Pero el cuerpo del pez,
aún palpitante,
fue todo para mí
en aquel instante.
Facebook: Manuel Díaz Martínez
Del poemario ‘En la Isleta’
Belleza obtenida de un detalle. A mí también me inquieta un pez sacudiéndose fuera del agua, comparto su agonía. Felicitaciones, maestro.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Maravilla de poema! Un abrazo!!
Me gustaLe gusta a 1 persona