Poema que pertenece a mi poemario ‘Poemas peregrinos’
Dejadme a solas con mi muerte
que tenemos mucho que reprocharnos,
hemos compartido tanta vida juntos
y ahora, parecemos dos extraños,
que se añoran de una manera enfermiza
y se persiguen por las calles de la inconsciencia,
ya no sé quién va delante,
si ella y su desprecio
o yo y mi vulgaridad.
Esta actitud hipo-morfa
me está arrastrando a los confines de mi integridad,
augusta y regia dama de los creyentes,
para mí no eres más que una vulgar recompensa
a la desesperación vital que me acompaña,
seré efímero, pero no presa de tus garras,
antes de que llegues, enigmática,
a darme el último abrazo, ya me habré ido,
aniquilado a manos del verdugo que soy.
No hay lugar para la esperanza
en un corazón yermo,
ni amor que ablande la funesta soledad que me
[acompaña.
Muerte, furcia barata del poeta,
no recibirás favor alguno de mi alma,
no me esquives la mirada si te hablo,
ten el coraje de afrontarme si te llamo
casquivana apestosa que vas de cama en cama
y no haces asco a nadie,
atiéndeme esta tarde
y ya veremos al alba,
quién saludará a la mañana.
Facebook: Manuel Díaz García
Me gusta mucho….hay tantos temas de qué hablar…. Me gusta quien abandona el camino…
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Muchas gracias por comentar mi querida Sasa. Un besote enorme mi niña.
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Un poema muy duro. Leo en él un elogio del suicidio. Si no fuera porque dice «hipo-morfa» podría pensar que es una traducción de Baudelaire.
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Muchas gracias por comentar, Ruben. Y gracias también por la comparación es para mí un gran honor. Besos y abrazos.
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Quieres dejar a la muerte con las manos vacías.
Rivalidad encarnizada.
Relación ( no muy sana) de amor y odio y….
Buenisimo ¿¿¡¡ Cómo no!!??
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